Cómo generar ideas a partir de los sueños.

Muchas veces, incluso para el búho más extremo, el cuerpo exige dormir. Lo cual es perfectamente lógico y saludable, así es como debería trabajar el cerebro. Sin embargo, una se siente culpable cuando se le caen los párpados porque no le dedico suficiente tiempo a escribir o a desarrollar sus proyectos. A pesar de todo lo que sabemos acerca del descanso, en el fondo nos convencemos de que es una pérdida de tiempo.

Sin embargo, aunque nuestro consciente decida cerrar atención al cliente por unas horas, el cerebro sigue trabajando en el departamento administrativo porque nunca descansa del todo. Mientras dormimos sigue procesando nuestras memorias, emociones y aprendizajes del día. De pronto agarra elementos de aquí y allá como piezas de lego y arma obras… interesantes.

Arte abstracto
Mirándola bien, esta pintura tiene mucho más sentido que la mayoría de mis sueños.

Existen muchas teorías acerca de qué son los sueños. Algunas se basan en estudios científicos, principalmente en los campos de la psicología y la neurociencia. Otras se relacionan con lo espiritual y lo paranormal. Mucha gente busca presagios en ellos, otros los analizan para encontrar y solucionar problemas internos. Más adelante trataré de analizar cada uno de estos enfoques porque, al fin y al cabo, creo que cada persona tiene su propia interpretación o creencia acerca de los sueños.

Como escritora yo prefiero utilizarlos como inspiración. Por fortuna (o quizá sea más una cuestión de causa-efecto), logro recordar mis sueños con cierta facilidad. Además, algunos llegan a tener una estructura narrativa más o menos clara. Cuando no logro recordar la historia del sueño, siempre puedo quedarme con una imagen una frase que puedo utilizar después.

Según mi experiencia, los sueños son piezas de la creatividad individual porque forman parte del trabajo que realiza el cerebro en segundo plano. Como ya había mencionado, mientras dormimos nuestro cerebro toma la información que almacenamos durante el día y la va reordenando de manera aleatoria. Esto puede incluir el tema que nos interesa en el momento, una tarea que debemos cumplir, un trabajo que estamos realizando en la semana o un problema que nos tiene preocupadas.

Hay muchos casos de gente creativa que aprovechó los sueños como herramienta directa o indirecta en su proceso creativo. Mendeleiev, después de semanas de arduo trabajo tratando de encontrar un orden para la tabla de elementos químicos que estaba construyendo, se tomó una siesta en el tren y eso le aclaró la mente para dar con la respuesta que estaba buscando. La creencia popular le atribuye esa respuesta a un sueño específico. Aunque esa parte tal vez no sea del todo cierta, si es más similar a la experiencia de Kekulé, cuyo cerebro mezcló sus conocimientos de química y alquimia para mostrarle la estructura del benceno como una serpiente ouroboros.

En los artistas es aún más notorio el sueño como base creativa. Mary Shelley y Bram Stoker crearon a sus legendarios monstruos después de mucha investigación y algunas pesadillas. Varios surrealistas, Salvador Dalí a la cabeza, recurrían al universo onírico para iniciar sus invenciones. También los músicos hacían este ejercicio, como Paul MacCartney, que despertó con la melodía de Yesterday trancada en la cabeza; o Tartini que basó su Sonata en Sol Menor en un encuentro con mismísimo diablo en sueños.

Y cuando los relacionamos con el mundo paranormal se nos amplía el panorama: profecías, contactos con el más allá, incluso telepatía o viajes a mundos lejanos. Es que si tuviésemos la capacidad de crear y vivir en nuestros propios universos, ¿qué límites nos pondríamos?

Los únicos límites son aquellos que marcamos para construir un proceso ordenado. Principalmente, para no perder la materia prima o no presentarla sin llegar a la forma final y refinada.

Aprendamos a dormir, caballeros, entonces quizá encontraremos la verdad.
En todo caso, tus sueños se convertirán en memes, en el sentido culto o vulgar de la palabra.

Porque incluso con los sueños, que parecen formar parte de una materia salvaje e indomable, también hay que generar rutinas, hacer cierto uso de la disciplina. Hay veces que esas buenísimas ideas que aparecen con tanta espontaneidad se esfuman con las primeras luces del día. Lo que fácil viene, fácil se va.

Existen numerosas rutinas que se recomiendan en internet para recordar los sueños, incluso tener sueños lúcidos, o, si aceptamos ciertas creencias, hacer viajes astrales. Solo voy a hablar de algunas que puse en práctica y me parecen más efectivas.

En primer lugar, lo más evidente: hay que tener una libreta o anotador cerca de la cama. La parte más difícil es agarrar la costumbre de estirar la libreta y escribir de inmediato todo lo que una llega a acordarse del sueño. Especialmente cuando una tiene el amodorramiento de lo más pesado y en esa condición debe encontrar los anteojos antes de empezar a escribir.

Después pasamos otros ejercicios que tienen más relación con las rutinas que hacemos antes de dormir. He leído de todo sobre este punto, desde hábitos para corroborar que estamos dormidos hasta alimentos recomendados y prohibidos para tener sueños lúcidos o para recordarlos por lo menos (cafeína obvio que no).

No puedo decir qué tan efectivos son los alimentos porque generalmente ceno lo que me encuentro. Por otra parte lo de «crear rutinas de verificación» (algo así como los tótems de Inception) no me ha dado resultados extraordinarios. Al parecer, la planificación de un sueño requiere preparación de nivel deportivo.

Después tenemos algunos materiales de apoyo que para mí, al menos, hasta ahora no me han influido para nada: los audios de meditación, hipnosis, sonidos binaurales, etc. Con esto no quiero decir que no sean efectivos. En los comentarios de los videos hay varias personas que afirman obtener buenos resultados, por algo son tan populares. Lastimosamente, yo no puedo compartir esa experiencia. He probado muchos de estos videos y no me han hecho ningún efecto particular.

Eso sí, les comentaré de un método que sí me ha dado buenos resultados, y que ha enriquecido mis experiencias con los sueños en general: leer y ver películas antes de dormir.

Muñeca aterradora.
Algo así como otra tierna película sobre muñecas.

Y ni siquiera es necesario que veamos películas o leamos obras de ficción. A mí al menos me basta con ver alguno de esos montajes (un tanto ridículos la mayoría) de eventos sobrenaturales o leer algún artículo interesante sobre un nuevo descubrimiento científico, o un caso misterioso. Lo importante es alimentar al cerebro con material que pueda utilizar para crear esas imágenes y sonidos particulares que veremos al estar dormidos.

Claro, todo eso también se sumará a las experiencias que vivamos cada día. Por lo tanto, estar atentos a nuestro entorno, reflexionar sobre ciertos hechos o eventos que vemos a diario, también influye en la forma en que soñamos. Creo que mi tótem particular para reconocer un sueño lúcido no es un objeto ni un gesto ni siquiera es una rutina, sino una pregunta: ¿esto es real o lo estoy soñando? Esa reflexión que hago con cierta frecuencia cuando me encuentra con una experiencia poco común es lo que me hace encajar las piezas para empezar un sueño lúcido.

Ejercicios creativos relacionados con los sueños.
Sin olvidar lo principal: dormir bien.

Hay muchas otras maneras para aprovechar los sueños, lúcidos o no, con fines creativos. Me gustaría que me comentaran también acerca de su relación con los sueños o si también utilizan los sueños para estimular la creatividad.

Por mi parte, ya tengo suficiente el día de hoy. Mi cerebro exige cerrar las puertas para poder trabajar en segundo plano. En próximas ocasiones estaré hablando más de este tema que sin duda es una de mis pasiones y además me ha ayudado a impulsar mi oficio de escritora. Hasta pronto y buenas noches.

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